SEMANA 14

GEOMORFOLOGIA EOLICA



Los procesos eólicos son reforzados y hasta provocados por las acciones antrópicas. En áreas vulnerables a la desertificación, la acción de la actividad eólica causa severos efectos en el uso del suelo y en la capacidad de rendimiento de una región.
El trabajo erosivo del viento se acentúa en aquellas áreas que han perdido su cubierta vegetal. La vegetación cumple varias funciones que disminuyen o impiden los efectos erosivos del viento:
  • Disminución de erosión eólica
  • Mantenimiento de la cubierta de sedimento mediante la red de raíces.
  • Protección contra la desecación del suelo por medio del aporte de sombra (los sedimentos secos están más propensos a ser transportados por el viento que los humanos)
En varios lugares, el transporte de material fino no tiene efectos significativos. Lo que si es realmente importante, es el depósito de dicho material. Primero ocurren fuertes tormentas de polvo. Las calles, casas y campos quedan cubiertas por una capa de sedimento. Detrás de cada arbusto se forman montículos de arena, y a sotavento de la planta, no se desarrollan acumulaciones. El arbusto crece con el montículo que lo va asfixiando con el tiempo, hasta que la planta muere. En casi cada uno de los obstáculos se desarrollan nebjas pequeñas, dunas que afectan considerablemente la capacidad de rendimiento del suelo.
Reconocer oportunamente tales procesos es importante, ya que se puede identificar a tiempo las causas que los originan. La sustentabilidad ecológica y el beneficio económico son, sin embargo, dos factores que concurren. Por lo tanto, se deben tomar en cuenta en las acciones necesarias para combatir las causas identificadas.








La erosión eólica es el desgaste de las rocas o la remoción del suelo debido a la acción del viento. El viento es un agente de modelado del relieve que puede acarrear grandes cantidades de polvo a través del mundo, pero los granos de arena solo pueden ser transportados a distancias relativamente cortas. El cuarzo es el mineral más abundante en las partículas de arena; normalmente es resistente a la meteorización química, a la disolución y a la abrasión, es decir, que la erosión eólica es referente al viento con la arenilla que se encuentra en la tierra.1 La arena se encuentra distribuida por toda la superficie terrestre, pero particularmente en los desiertos, las costas, estuarios de ríos y espacios que han registrado glaciaciones. Parece que el agua pudo haber sido el agente original que ocasionó la concentración de las potentes masas de arena de los desiertos, el viento sería el agente de redistribución y la génesis de un amplio muestrario de formas sedimentarias. Muchos de los grandes depósitos, especialmente los llamados mares de arena o ergs, parecan ser el resultado de una importante actividad fluvial durante el Cuaternario.


El transporte de sedimentos por el viento
El viento desplaza las partículas sueltas, básicamente, según los mismos mecanismos que las escorrentías hídricas, en función del tamaño del grano y de la velocidad del fluido. Los granos de arena viajan a favor del viento, permaneciendo cerca de la superficie, separándose gradualmente de las partículas más gruesas que pesan demasiado para que el viento las desplace lejos. De este modo se origina una masa característica de sedimentos conocida como arena eólica o arena de duna, cuyas partículas tienen un diámetro entre 0,1 y 1 mm, compuesta en su mayor parte por cuarzo, por ser el mineral cuya dureza y resistencia química lo convierten en el más duradero de los materiales que contienen las rocas. Los granos de cuarzo transportados por el viento ofrecen formas redondeadas y sus superficies están cubiertas de microscópicas fracturas por el impacto de unos granos contra otros. Las partículas más gruesas son transportadas por rodadura, reptación y deslizamiento sobre la superficie; los granos de arena son capaces de viajar por saltación elevándose hasta alturas de 2 ó 3 metros en algunos casos. Las partículas finas (limos y arcillas) pueden desplazarse en suspensión y ser elevadas a grandes alturas por las corrientes ascendentes, tan frecuentes en las regiones cálidas.
Saltación y suspensión son los mecanismos más importantes del transporte eólico. Las partículas realizan saltos a favor del viento; tras el impacto con granos en la superficie, pueden rebotar de nuevo y elevarse. De este modo, el viento transfiere energía cinética al grano, el cual, al chocar con la superficie de arena, disloca otras partículas y puede proyectarlas al aire. Las partículas de limo y arcilla pueden permanecer en suspensión con viento turbulento, e incluso casi indefinidamente para los granos muy pequeños. Las grandes tormentas de arena elevan partículas hasta 250 metros de altura y avanzan con velocidades que pueden llegar a alcanzar los 200 m/s. Se ha estimado que entre 500 y 1.000 millones de toneladas de polvo son transportadas desde todas las fuentes cada año. Algunas de las más potentes tormentas de polvo del Sahara, alcanzan a los países meridionales de Europa e incluso llegan a las costas orientales de América del Sur, cruzando el océano Atlántico.




GEOFORMAS DE LA SEDIMENTACION EOLICA

Los rasgos morfológicos determinados por los depósitos de arena eólica son fácilmente reconocibles sobre fotografías aéreas y otras imágenes de las zonas áridas. También puede reconocerse depósitos eólicos en ambientes no desérticos, superimpuestos a otras geoformas como material suelto retrabajado de origen no eólico.
Tales geoformas superpuestas pueden reconocerse sobre diferentes imágenes por su contraste en tonos, modelado o apariencia alargada.
Los paisajes eólicos mas frecuentes son: Dunas o médanos,. Mantos de loess y cenizas volcánicas, mantos de arena o mares de arena.
Erosión y formas resultantes

Erosión eólica:
La erosión eólica es llevada a cabo por el viento. Este tipo de erosión está condicionada por la ausencia de vegetación y la presencia de partículas sueltas en la superficie. El viento transporta las partículas de los suelos de tres maneras:

     • Por arrastre: Las partículas más gruesas (500 - 2000 micrones).
     • Por saltación: Las partículas medianas (100 - 500 micrones).
     • En suspensión: Las partículas pequeñas o livianas (< 100 micrones).

La erosión eólica se ejerce mediante dos procesos: La deflación y la abrasión.

La deflación (derivado del latín soplar): Se produce cuando el viento levanta los fragmentos sueltos del suelo. Este proceso actúa donde la superficie del terreno está completamente seca y recubierta de pequeños granos de arena sueltos procedentes de la
meteorización de la roca o previamente depositadas por el agua en movimiento, el hielo o las olas. Es así como los cursos de los ríos secos, las playas y las áreas recientemente cubiertas por depósitos glaciares son muy susceptibles a la deflación.



Las partículas más finas, las que constituyen el barro, la arcilla y los limos, son levantadas muy fácilmente y transportadas en suspensión. Los granos de arena se mueven, únicamente si el viento es fuerte, y tienden a desplazarse a poca altura del suelo. La grava y los cantos de 5 a 8 mm de diámetro suelen rodar por el suelo llano cuando el viento es muy intenso, pero no recorren grandes distancias ya que es muy fácil que queden retenidos en agujeros.

La abrasión: Requiere del transporte de elementos cortantes por el viento, estos fragmentos desprendidos chocan con la superficie de las rocas y las desgastan. Este proceso origina orificios y acanaladuras en la roca.



Si una masa rocosa pequeña destaca sobre un llano, puede ser erosionada por la base del modo antes descrito y adoptar la forma de una
seta, por lo que se denominan rocas fungiformes. La principal forma de erosión producida por la deflación, son cuencas de pequeña profundidad denominadas depresiones de deflación, las cuales pueden tener desde pocos metros a varios kilómetros de diámetro, pero se caracteriza porque su profundidad raramente pasa de unos pocos metros.

Su origen se da en las regiones llanas de clima árido y donde particularmente no está protegida por vegetación. Cuando las precipitaciones llenan esta depresión, se origina una charca o laguna, a medida que el agua se evapora, el barro del fondo se seca, se agrieta y da lugar a escamas y fragmentos de barro seco que son fácilmente transportados por el viento. En aquellos lugares donde también se encuentre ganado doméstico, éste pisotea los bordes de la depresión hasta convertirla en una masa de barro, eliminando su protección vegetal y facilitando así su erosión cuando está seca.

Los principales factores que actúan en la erosión eólica son:

1. Clima:
Intervienen aquí los factores climáticos como son: Precipitación, temperatura, humedad atmosférica y vientos. A mayores precipitaciones y contenidos de humedad, el suelo es más resistente a las voladuras, mientras que las elevadas temperaturas, la baja humedad del aire y los vientos fuertes influyen en la evapotranspiración determinando la pérdida del agua edáfica. No obstante a ello, las pérdidas de suelo están estrechamente relacionadas con la lluvi

2. Características del suelo:
La erosionabilidad del suelo por causa de los vientos, está relacionada con la textura y estabilidad estructural. Los suelos de textura gruesa, son más susceptibles a erosionarse y menos propensos a formar estructuras estables.
3. Rugosidad de la superficie:
Al aumentar la rugosidad de la superficie se reduce la velocidad del viento y, por lo tanto, disminuye la posibilidad de traslación de las partículas del suelo.
4. Exposición a la acción eólica:
Las formaciones prominentes tipo médanos se encuentran considerablemente más expuestas a la acción del viento con respecto a los ambientes intermedanosos planos o plano - cóncavos, naturalmente protegidos.
5. Vegetación:
Es uno de los factores más importantes de protección contra la acción del viento. La vegetación actúa como una capa protectora o amortiguadora entre la atmósfera y el suelo. Los componentes aéreos, como hojas y tallos, absorben parte de la energía de las gotas de lluvia, del agua en movimiento y del viento, de modo que su efecto es menor que si actuaran directamente sobre el suelo, mientras que los componentes subterráneos, como los sistemas radiculares, contribuyen a la resistencia mecánica del suelo. También reduce la velocidad y frena o atrapa las partículas en movimiento.




ismos litófagos.

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